Los mareos cervicales resultan muy incómodos, incluso incapacitantes para realizar las tareas cotidianas. Si tú los sufres, seguro que sabes a qué nos referimos, ¿verdad? Te hablamos sobre sus síntomas, sus causas y sobre un tratamiento eficaz: la quiropráctica.
¿Cómo identificar los mareos cervicales?
Cuando el mareo se debe a un problema cervical, se agrava con los movimientos de la cabeza. Su duración suele oscilar desde unos minutos a pocas horas. Además, puede provocar síntomas como:
- Molestias y rigidez en el cuello.
- Dolor de cabeza de origen cervical.
- Percepción de desequilibrio general.
Quienes experimentan esta sensación a veces confunden la cervicalgia con el vértigo periférico, es decir, aquel provocado por complicaciones del oído interno. Sin embargo, la intensidad con la que se manifiesta es clave para su diagnóstico. Los mareos cervicales suelen producir una sensación de inestabilidad y aturdimiento. En cambio, si sufres vértigo periférico, puedes notar que la habitación o el entorno donde te encuentras gira a tu alrededor.
¡Recuerda! Acude a un profesional para que realice un diagnóstico preciso de tu dolencia.
4 posibles causas de los mareos cervicales
- Latigazo cervical. Su origen se encuentra en una flexión o extensión brusca y excesiva del cuello. Se trata de una lesión común en los accidentes de tráfico.
- Hernia de disco cervical. Se produce cuando el núcleo pulposo de un disco cervical sale del tejido fibroso y presiona sobre la raíz del nervio.
- Debilidad muscular. La falta de fuerza en la musculatura cervical puede provocar una sensación de inestabilidad. Realizar ejercicios para fortalecer los músculos de la zona resulta ideal en este caso.
- Estrés. La ansiedad provoca tensión en el cuello, incluso puede derivar en una contractura en la espalda acompañada de mareos.
Mareos y cervicales: descubre cómo puede ayudarte la quiropráctica
Cuando se produce una subluxación vertebral al nivel de la primera cervical, el tronco cerebral sufre una presión constante y esto puede alterar el equilibrio. El ajuste cervical elimina el bloqueo y optimiza la comunicación de la zona cervical con el sistema nervioso. Esto se traduce en un alivio del mareo y restablece la movilidad del cuello.
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